jueves, 27 de noviembre de 2014

Bésame mucho

A las futuras mamás y a las mamás que como yo, andan algo perdidas, un gran libro para leer si os gusta la teoria del apego. 


Me lo he leído en 4 tardes. Me ha enganchado a tope. Me encanta la forma de escribir de Carlos González, y lo bien que argumenta todo. También me encanta como habla. Lo podéis ver en YouTube en muchos videos sobre conferencias. También me encantan esos toques de humor que tiene a veces desdramatizando situaciones que nos encontramos.



Yo soy una persona apegada. No a las cosas, sinó a las personas. Quizá mis padres tengan algo que ver en todo esto. Me criaron con mucho apego, mucha teta, colecho hasta los 4 años, mamá en casa cuidando de nosotros, muchos brazos, muchas canciones, cosquillas, cariñitos, hasta que fui bastante grande. A día de hoy siguen habiendo brazos, besitos, cariñitos. Y ya tengo 30 y tantos.

No he tenido problemas para salir del nido. Des de bien joven ya pensaba en salir de mi casa para ser independiente, pero no lo conseguí hasta los 24 años, me fui a Alemania a trabajar y no me dio miedo aunque echaba mucho de menos a mi familia. Al volver busqué un nido fuera de casa. Aunque ya era mayorcita, me fui de casa mucho antes de los 30. Así que supongo que tanto mimo, tanto exceso de mimos, no fueron negativos en ese aspecto.

Si he tenido problemas, he vuelto a casa de mis padres temporalmente. Cuando he estado muy enferma o cuando me separe o cuando nació la peque y necesitábamos ayuda para dejar espacio al papa de la peque para sus proyectos. 

He sabido siempre que podía volver y rápidamente he encontrado el momento para volver a irme. Sé que están ahí, mis padres lo han entendido siempre, tanto al volver como al irme. Són los mejores padres que se puede tener.

Por eso, he tenido claro que tipo de crianza quiero para mis hijos. Qué tipo de familia. Pues similar a lo que yo tuve. Una mamá entregada, muy cariñosa, dos papás que se quieren mucho, se respetan y se cuidan, un papá cariñoso y juguetón, protector y respetuoso.

Suena a cuento de hadas, no lo sé. Pero yo no aspiro a menos. He disfrutado mucho leyendo este libro, me ha animado a seguir a delante con mis ideas sobre la crianza, a pesar de oir muchas opiniones contrarias. Lo único que me pesa es no haber podido amamantar más tiempo a mi hija con el pecho. Por lo demás, estoy satisfecha.

Hay gente que está más preocupada por mi pérdida de 'independencia' al  dejar de trabajar que por el bienestar de mi hija. Yo no.




martes, 25 de noviembre de 2014

El mando a distancia

La peque tiene una fijación con el mando a distancia. Le encanta mirarlo, tocarlo, pasarselo de una mano a otra y morderlo.


Y lo que me flipa más es que creo que lo ha asociado con la tele. En casa poco ponemos la tele (total, para oir tonterías y desgracias...). Lo que si que vemos son series, un ratito por la tarde. No es un tema que me preocupe de momento, es muy pequeña. Pero a pesar del poco rato que la ponemos, creo que ya ha asociado mando y tele. Porque se fija mucho cuando cogemos el mando para cambiar de canal y mira para la tele. 

¡¡¡¡El mando, ese ser tan alucinante!!!!!



A mi no dejan de alucinarme estas tonterías. Porque yo la veo tan pequeñina que creo que no se entera de nada, pues va a ser que si.

Cuando ve el mando quiere cogerlo. Quiere que se lo demos. Normalmente, se lo dejo un ratito vigilandola y se entretiene un buen rato. Pero, aih madre como se lo quites. Se cabrea como una mona!!!! Cuando se lo dejo, es sin pilas. Y alucino cuando la veo toquetear el mando y mirar para la tele. ¿La querrá encender?¿?¿?¿

No me gusta dejarle el mando. Se me pasan cosas por la cabeza como por ejemplo: si se saldrá algún botón y se lo tragará, que si se hará daño al moderlo, que si lo acabará rompiendo....Pero lo que más me preocupa es que se haga daño.

He pensado comprar un mando de mentira para ella, para que lo trastee todo lo que quiera. Creo que alguna vez he visto mandos de tele de imitación, para jugar, sin electrónica ni nada. Pero ahora lo busco y lo único que encuentro son juguetes. Es decir, mandos para bebés que si llevan electrónica, hacen ruidos, etc. Yo creo que no necesitamos tanto como eso, simplemente un mando para toquetear....Pero no encuentro lo que busco.

Y vosotras, ¿tenéis alguna idea? 

viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Zapatos para un bebé?

Los odio. Que cosa más aparatosa de poner, y qué rápido se los quitan.


En verano ni me planteaba ponerle zapatos a la peque. Porque hace una calor que te mueres y si hace fresco, con calcetines van sobraos. Pero llega el invierno y parece que llevarlos con calcetines da no se qué...aunque la lleves dentro del saco. La peque es un bicho, y no hace más que sacar las patas para afuera, me vuelve loca, jajajaja.

No me gustan los zapatos. Y me han regalado unos cuantos. Sobre todo si son muy ríjidos. Pienso que ella va incómoda y no para de sacarselos. No hay nada que hacer.

Pero el otro día paseando con mi suegra entramos en una tienda de la marca Name It. Me váis a perdonar, quizá todas la conocéis. Pero yo ni flowers. Es que apenas le he comprado ropa, tengo mucha ropita de segunda mano en buen estado, y ni me fijo en la marca.

Pero a mi suegra le encanta ir de tiendas y chafardear. Y en una tienda Name It vimos esto:

Totalmente flexibles y calentitas. Un híbrido entre calcetín y zapato. Abriga más que un calcetín. Pero sin esas gomas rígidas de los zapatos,  y difíciles de sacar para los bebés. Me fui sin comprarlas porque no quiero gastar dinero. Y en aquel momento aún no hacía frío como ahora por las tierras catalanas. 

Estos días me han vuelto a la cabeza porque me cosa llevarla sólo con calcetines. Y he buscado en internet esta imágen. Si no recuerdo mal rondan los 20e, quizá un poco menos. Y sólo hacen dos tallas. El caso es comprarlos un poco grandes, para aprovecharlos bien. A mi me han encantado, volveré a por ellos!!!!


jueves, 13 de noviembre de 2014

7 meses

¡Me la como! Le sonrío y me sonríe. Pasamos muchos más momentos mágicos de conexión. 


La miro y me mira. Le pongo caras raras y se parte. Hay más conexión. Me toca más, me estira más del pelo, me acaricia la cara, los brazos, observa todo lo que hago. 

Que cotilla es esta hija mía. Lo mira todo. Lo quiere tocar todo, lo observa, se lo pasa de una mano a otra, a la boca, lo tira al suelo y grita. ahhhhhhh, que me deja sorda. Se parte con cualquier payasada que hace papá o mamá. Está loca por nosotros y nosotros por ella.

No le gusta mucho que la toquen los de fuera. Si ve extraños, los mira raro, y según como le hablen, llora. Es muy sentida esta hija mía. La faena que hay para calmarla. Me dicen que debería sacarla más y que conozca más gente.......en fin, si comentarios hay para todo y de todos los tipos. Es un bebé, supongo que tienen fases, no? La pediatra me dijo que no me preocupara, que ya extraña, no tiene más importancia.

De peso va muy bien, y come que da gusto. Sobre todo la comida que le hago yo. La introducción de la alimentación complementaria ha sido muy fácil. De momento no hemos tenido ni sustos ni hay nada que no le guste. Tenemos otra novedad, y es que ya no quiere la teta. Nuestra lactancia ha durado 7 meses. Me da penita, pero ella decide. Por otra lado estoy contenta, porque al principio pensé que no llegaríamos ni a los tres meses. El caso es que le pongo la teta y le pega dos o tres chupetones y ya. Se despista, mira a otro lado, no le interesa....Así que tocó su fin.

Sigue haciendo croquetas. Y cuando se pone boca abajo ya quiere levantar el culete, como si quisiera gatear. Aún no se aguanta sola sentada, y yo no la quiero forzar. Según la pediatra, no se debe forzar nunca.

sábado, 8 de noviembre de 2014

¿Vale la pena comprar pañales caros?

Cuando tenemos un bebé pensamos en cada momento en darle lo mejor de lo mejor. Los pañales son un ejemplo de mi experiencia.


Cuando estaba embarazada, una de las últimas cosas que compré fueron los pañales. Y por supuesto, me fui a los Dodot Sensitive para recién nacidos. Pensé que la piel super delicada de mi bebé necesitaría la que yo creía que era la mejor marca.

No entraré a valorar si lo es o no. Eso requiere mucho tiempo y hay empresas que se dedican a hacerlo. Por ejemplo, un estudio que hizo la Oficina del Consumidor en 2012. Hay algo de información en el siguiente enlace:



Pero si que pienso opinar sobre el asunto. No tengo ni idea si para aquel entonces existían los Dodot Sensitive, o como yo los denomino: 'los pañales del demonio'. Te gastas un pastón para acabar teniendo más problemas. Hablo siempre des de mi experiencia, por supuesto.

Las primeras semanas de mi niña fueron siempre con los Sensitive. Mi suegra me traía una paquete cada semana. Estos pañales tienen como una especie de tejido 3D que absorve muchísimo. Realmente el bebé va seco. Al principio, que se hacen hasta 10 cambios de pañal al día porque hay muchas deposiciones, eso no es muy importante. Eso me parece a mi. Así que el tema de la super absorción no sé si es primordial. 

El caso es que el hecho de tener un tejido tan absorvente hacía que a mi peque se le pegara a la piel. Hubo un día que me costó muchísimo despegarlo. Pobrecilla.....como lloraba. Y pensé: nunca más.

Y por casualidad, hice caso del estudio de la OCU, que recomienda los Toujours de Lidl. Y perfectos. No he tenido ni un problema con la piel de la niña, escapes los justos, y con un tamaño y fijación ideal. Lo mejor: el precio, es muy competitivo. 

No he necesitado darle más vueltas: me quedo con TouJours.

Y vosotras: ¿habéis tenido problemas con los pañales?

viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi experiencia con el masaje infantil

Me encanta, es un momento íntimo y tranquilo con la peque.


Lo primero que hago es decirle, Peque. cariño, vamos a hacer un masaje, te parece bien?. Jejejeje, no responde, pero sonríe.

Pongo música relajante. Yo utilizo la música que se pone en clases de yoga. Mantras, etc.

Tengo una manta de juegos y un gimnasio blandito. Pongo encima una toalla y, desnuda, la coloco encima. 

La temperatura debe ser ideal para tener al bebé desnudo. Debemos notar calorcillo porque ella está desnuda.

Y allá vamos.

Me hunto las manos con aceite de amendras. Y empiezo por las piernas, cada movimiento, despacito, uno por uno. Luego seguimos por el pecho, despues los brazos... Y si se deja, llegamos a la espalda y la cara.

El masaje infantil tiene muchos movimiento a hacer. No es nada complicado. Pero siempre debe ser bien aceptado por el bebé. La peque tiene  días que no quiere, y se queja. Así que hacemos poca cosa. Es igual, no importa. Lo importante son esos minutos en los que podemos hacer algo.

Hay otros días en los que está tranquila y se deja hacer de todo. 

La cuestión es que si un día, por ejemplo, se deja hacer las piernas, pues al día siguiente hacer brazos y pecho. Y al siguiente día, cara y espalda. Por poner el ejemplo. Lo importante es ir haciendo. No tiene que ser perfecto, simplemente placentero. Disfrutarlo.

Si no está el papá de la peque, lo hacemos nosotras dos. Si está, participamos los tres. Como sea, es un momento dulce, tierno e íntimo para disfrutar y experimentar.

Se habla mucho de los beneficios para los bebés. Publiqué una entrada sobre eso hace unos días http://esperandotepeque.blogspot.com.es/2014/10/masaje-infantil.html. Pero os confieso que para mi es terapéutico al cien por cien. 


jueves, 6 de noviembre de 2014

Perdida laboralmente: Y ... llegó el dilema

Si ayer a esta hora me dicen que iba a estar escribiendo esta entrada es que no lo creo: me han llamado para trabajar.


Pues resulta que tengo un buen amigo, alguien que realmente piensa en ti y te ayuda cuando lo necesitas. Fue ese amigo que me presento al Papa de la Peque. Vamos, como una especie de ángel de la guarda.

Estos días he estado dando vueltas al tema laboral. Me he cuestionado cosas importantes. He recordado el pasado, la última experiencia laboral. He analizado la situación actual en casa, nuestros recursos. Y he pensado en que me gustaria hacer. Y la respuesta es simple: yo quiero estar con mi peque más tiempo. No sé si es mamitis o que es, simplemente, la miro y sé que quiero criarla yo, al menos a corto plazo. 

Como ya os comenté, la situación en casa no es boyante. Mi chico tiene trabajo y gana un sueldo normal para poder vivir, eso si, renunciando a mucho. Renunciando a salir, a ir a restaurantes, cines, y otro ocio, a tener poca ropa, a vivir en un piso pequeñito, y siempre pensando en como reducir la factura de la compra, luz, etc.

No me quejo, no vivo mal. De hecho soy feliz. Me gusta demasiado esta fase de mi vida. Después de un último año laboral infernal, un embarazo muy complicado, y de unos primeros meses con la peque durillos (por el tema de la lactancia) por fin llevo un mes en el que estoy tranquila. Para mi es mucho, es todo.

Y lo mejor es que ahora empezaré a tratar la ansiedad y supongo que estaré mucho mejor. Pero justamente ahora me han llamado para trabajar. 

Cuando me llamó mi amigo para ofrecerme trabajo, casi lloro, de la emoción. Pensé en lo bueno que es conmigo y en como me valora. Realmente me considera buena profesional. Y su jefe también. (Ya nos conocíamos de trabajar juntos hace años). El caso es que me dio un subidón alucinante. Pero al colgar miré a mi pajarillo y me caí en picado.

En mi profesión, te pueden dar más o menos flexibilidad, e incluso una reducción de jornada. Pero el trabajo tiene que salir y hay timmings muy estrictos. Es lo que tiene trabajar en una consultoría por proyectos para terceros. El cliente manda y tu debes ajustarte al máximo. No hay flexibilidad. Por muy bien que me lo pongan yo conozco el berenjenal en el que me meto, lo he vivido muchos años y en diversos sitios. Así que soy muy consciente que si empiezo a trabajar ahí estoy renunciando a estar con mi Peque y tendré que meterla en una guardería porque ahora es mal momento para las abuelas.

Y no quiero. Esto debe haber sido una prueba para reafirmar mi decisión. No quiero. También porque tengo pendiente hacer el tratamiento y recuperarme de la ansiedad, que hasta ahora no he podido tratar. Por otro lado, tengo la gran suerte de tener un compañero de viaje que me apoya totalmente y que valora mucho mi papel como madre. 

Pero siempre queda esa pregunta de: '¿y si luego nadie me llama??? y si luego necesito realmente el trabajo y nadie me llama???'. Como siempre yo dándolo todo para ponerme en lo peor jajajajaj. Pero quizá la auténtica pregunta a hacerme seria:' ¿¿Realmente quiero estar ahí trabajando de eso?? 




domingo, 2 de noviembre de 2014

Mamá se desahoga: perdida laboralmente

Quiero estar con mi peque como mínimo hasta que cumpla un año...y la fecha se acerca.



Por varios motivos:

  • Porque pienso que siendo tan pequeñines tienen que estar con su mamá. Las bajas maternales en este país son la risa  y una vergüenza. El bebé no tiene ni 4 meses y ya se acaba el permiso de maternidad.
  • Porque laboralmente no me espera nadie. En mi último trabajo viví un auténtico infierno. Por suerte me echaron y he podido estar hasta ahora con una prestación de desempleo.
  • Porque me da la gana. Porque es lo que me apetece y porque he buscado la forma de poder hacerlo (me refiero a vivir con un sueldo y no con dos, renunciando a muchas cosas).

Despertarme por las mañanas y ver al lado la carita de mi peque no tiene precio, o notar como me despierta con su manita  o con una patada en las costillas. Estos meses soy feliz, soy demasiado feliz siendo sólo mamá.

Me dedico exclusivamente a mi hogar, a cuidar de mi niña y de mi chico. Que al pobre le toca echar muchas horas de trabajo. Y valoro muchísimo el poder estar en casa con mi peque, haciendo lo que hace una que sólo es mamá: dar leche, hacer papillas, limpiar, comprar, gestionar gastos, hacer la comida, etc.

Los días son todos muy parecidos, no tenemos grandes emociones. Bueno sí, el ver crecer a mi niña, ver esos pequeños y grandes cambios que va haciendo. Cuidarla, mimarla y jugar con ella es emocionante.

Pero ya casi llevamos 7 meses y el año se acerca. Mi problema es que dejé aparcada mi vida profesional en un momento de máximo desastre. La última empresa en la que estuve fue un infierno. Viví lo que es el acoso y el maltrato a nivel laboral. Lo pasé muy mal, fue un año terrible. Me despertaba por las mañanas temblando y me colapsaba antes de entrar al trabajo. Me colapsaba dentro del trabajo. Me mataba a hacer horas para hacer funcionar algo que es imposible que funcione bien. Porque esa empresa está gestionada (mal-gestionada) por trolls que no tienen ningún sentido de la humanidad. Aunque quieran aparentar que si lo tienen. Desarrollé un transtorno de ansiedad y perdí a mi primer bebé. Lo más triste que he vivido.



Así que como podréis imaginar, no me ilusiona buscar trabajo. ¡ Cómo me va a ilusionar volver a las trincheras! Más teniendo un angelito en casa.

Estoy perdida laboralmente, no sé ni por donde empezar. Tengo dos carreras y dos masters que no se si me van a servir para ser feliz. Sigo en tratamiento por la ansiedad, y estoy mejor. Pero me queda tratar la peor parte, la que se negaron a tratarme durante el embarazo por el estrés que suponía: superar lo que viví allí dentro. Estoy harta de oir cada día como se aprovechan de mis amigos, como los maltratan también, como los queman. 

Y no estoy muy optimista sobre lo que me encontraré ahí fuera. Bueno, además tienendo en cuenta lo mal que está el panorama ahí fuera. Que si no hay trabajo, que hay mucha precariedad. Mi mensaje es pesimista, lo sé.

Veremos como vamos avanzando estos meses y si soy capaz de encontrar algún sitio donde no quemarme.