A las futuras mamás y a las mamás que como yo, andan algo perdidas, un gran libro para leer si os gusta la teoria del apego.
Me lo he leído en 4 tardes. Me ha enganchado a tope. Me encanta la forma de escribir de Carlos González, y lo bien que argumenta todo. También me encanta como habla. Lo podéis ver en YouTube en muchos videos sobre conferencias. También me encantan esos toques de humor que tiene a veces desdramatizando situaciones que nos encontramos.
Yo soy una persona apegada. No a las cosas, sinó a las personas. Quizá mis padres tengan algo que ver en todo esto. Me criaron con mucho apego, mucha teta, colecho hasta los 4 años, mamá en casa cuidando de nosotros, muchos brazos, muchas canciones, cosquillas, cariñitos, hasta que fui bastante grande. A día de hoy siguen habiendo brazos, besitos, cariñitos. Y ya tengo 30 y tantos.
No he tenido problemas para salir del nido. Des de bien joven ya pensaba en salir de mi casa para ser independiente, pero no lo conseguí hasta los 24 años, me fui a Alemania a trabajar y no me dio miedo aunque echaba mucho de menos a mi familia. Al volver busqué un nido fuera de casa. Aunque ya era mayorcita, me fui de casa mucho antes de los 30. Así que supongo que tanto mimo, tanto exceso de mimos, no fueron negativos en ese aspecto.
Si he tenido problemas, he vuelto a casa de mis padres temporalmente. Cuando he estado muy enferma o cuando me separe o cuando nació la peque y necesitábamos ayuda para dejar espacio al papa de la peque para sus proyectos.
He sabido siempre que podía volver y rápidamente he encontrado el momento para volver a irme. Sé que están ahí, mis padres lo han entendido siempre, tanto al volver como al irme. Són los mejores padres que se puede tener.
Por eso, he tenido claro que tipo de crianza quiero para mis hijos. Qué tipo de familia. Pues similar a lo que yo tuve. Una mamá entregada, muy cariñosa, dos papás que se quieren mucho, se respetan y se cuidan, un papá cariñoso y juguetón, protector y respetuoso.
Suena a cuento de hadas, no lo sé. Pero yo no aspiro a menos. He disfrutado mucho leyendo este libro, me ha animado a seguir a delante con mis ideas sobre la crianza, a pesar de oir muchas opiniones contrarias. Lo único que me pesa es no haber podido amamantar más tiempo a mi hija con el pecho. Por lo demás, estoy satisfecha.
Hay gente que está más preocupada por mi pérdida de 'independencia' al dejar de trabajar que por el bienestar de mi hija. Yo no.